Antes de realizar el cuestionario que te presentamos en el punto siguiente, repasa el resumen del tema para recordar los conceptos fundamentales.
Existen numerosos tipos de informes que podrían clasificarse en función de de su temática, su objetivo o grado de formalidad.
Todo buen informe debe ser completo, conciso, preciso, ameno, original y claro.
El desarrollo de un proyecto de investigación consta de tres fases: el planteamiento del problema, en el que se delimita la temática de la investigación, así como la definición de objetivos, la finalidad global de la investigación en forma de objetivos generales y todos los puntos intermedios para su consecución, los objetivos específicos; la búsqueda de información mediante las distintas fuentes disponibles; y finalmente la interpretación de la información en la que se podrán emplear distintas estrategias como las fichas de trabajo que facilitarán su procesamiento.
El contenido de un informe vendrá determinado por su funcionalidad o contexto, no obstante la mayoría de ellos pueden estructurarse con una serie de elementos mínimos. Todo informe debe contar con: un título representativo de la investigación; un resumen que contendrá todos los aspectos relevantes de la investigación; una introducción; el cuerpo del informe que incluirá la base de la investigación (problema, variables, instrumentos y procedimiento); los resultados; las conclusiones en las que se constatarán si los resultados obtenidos permiten resolver el problema inicial; las referencias de las fuentes de información consultadas; y los anexos, si fueran necesarios, con los contenidos extra.
La presentación habitual de cualquier informe suele ser escrita, aunque en ocasiones se requieren presentaciones orales.
En la presentación escrita es importante cuidar el estilo, la gramática y ortografía del informe.
Cuando la exposición es oral hay que prestar especial atención tanto al contenido como la exposición. Debe cuidarse la organización de la presentación, la voz, el lenguaje corporal, los apoyos, así como extremar el cuidado del aspecto físico y la corrección en la respuesta a preguntas directas sobre el trabajo de investigación.
Por último, toda investigación debe estar amparada por la ética del investigador. Este proceder se sustenta en los principios de la verdad, la honestidad, el bienestar, la justicia, la humildad, el secreto profesional y la ética profesional.